All Boys derrotó a Chicago por 5 a 2 en un clásico plagado de emociones de todo fuertes. El albo perdía, lo dio vuelta, se lo empataron y finalmente se terminó imponiendo. Lessman, por dos, Vázquez, Fernández y Ponce anotaron para el local; Vera y Giménez gritaron para el visitante.
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| Julián Fernández festeja su tanto, el tercero del equipo. |
El encuentro comenzó favorable para All Boys, quién al minuto iba a tener una chance de gol en la cabeza de Pablo Vitti. Sin embargo apareció Alejandro Sánchez para despejar el balón al córner, luego de tener una salida un poco peligrosa para la aspiraciones de la visita.
Así, el dueño de casa comenzaba a ser protagonista a través de ataques por los laterales aunque sin mucha profundidad. Lucas Baldunciel recibió la primera amarilla del partido, un muestra de que Echenique quería tener el cotejo controlado.
Pero lo lindo que tiene el fútbol es que es impredecible. A los 12 minutos, Maximiliano Martínez cabeceó para atrás y dejó sólo a Baldunciel. El uruguayo picó desde mitad de cancha sólo frente al arquero. En los últimos metros, adelantó mucho el balón y ahí aprovechó Losa para evitar el tanto y despejar e esférico al lateral.
De esa acción, Federico Fattori aguantó bien la pelota y se la dio a Maximiliano Brito, quién remató al arco. El oriundo de La Plata no tuvo la mejor respuesta y al dejar rebote apareció Matías Vera para mandar el balón a guardar. A partir de ahí, el albo entró en una mini desesperación y tiró algunos pelotazos al área.
Lessman puso la pelota al raz del suelo y asistió a Vázquez. Juanma quedó en soledad frente a la portería pero rápidamente salió arquero para dejarlo sin ángulo y por el ende el mediocampista remató a la humanidad del uno.
Para tranquilidad del público local, Lessman empataría el partido. Uno de los goleadores del torneo apareció empujando un esférico que venía desde un centro para hacer delirar al público.
Sin embargo, eso no iba a ser todo en un primer tiempo brillante para el espectador neutral. Instantes posteriores, Vázquez aguantó bien su marca y corrió algunos metros. En 3/4 de campo de juego, levantó la cabeza y de derecha estampó un disparo que salió con gran velocidad. El balón fue derecho al ángulo para dejar sin respuesta al guardameta.
En poco más de 5 minutos, el elenco de José Romero daba vuelta el súper clásico pero las emociones seguirían llegando. ¿Por qué? Nicolás Giménez, quién no había tenido un gran partido y su elenco lo extrañaba, tuvo un tiro libre en la puerta del área. El 10 del torito hizo gala de su buena pegada y con su pierna más hábil efectuó el remate. Losa hizo lo que pudo para evitar la conquista pero todo fue en vano.
En 40 de la primera parte, el cotejo había pasado por la victoria de ambos y finalmente por un empate. Sí, el famoso duelo no apto para cardíacos.
El segundo tiempo no se quedaría atrás. Luego de un arranque con la misma tónica que la etapa complementaria, Vázquez realizó un gran jugada personal para mandar el esférico al área. Allí estaba Julian Fernández, quién aprovechó para poner el 3 a 2 y desatar nuevamente la locura de los hinchas presentes en el Islas Malvinas.
Sin embargo eso no sería todo en la tarde de Floresta. Ricardo Blanco, clave en el tercer tanto, dentro del área rival vio llegar a sus compañeros. El 10 levantó el balón por sobre el arquero y ahí llegó Carlos Ponce. El jugador, qué recién había ingresado, aprovechó el retroceso de Chicago para empujar el balón y mandarlo a guardar.
Así, el albo esperaba tranquilo en su campo esperando una oportunidad para agarrar mal parado al adversario, qué dejaba muchos huecos en el fondo producto de ir en busca del empate milagroso.
El delantero oriundo de Esperanza liquidaría la contienda. A los 80 minutos, el nueve se haría cargo de la ejecución del penal rematando a la izquierda del oso.
All Boys le ganó a Chicago por 5 a 2, luego de ir perdiendo 1 a 0, y su público se dio un gran gusto ante el eterno rival. Nosotros, los imparciales, disfrutamos de un partido digno de las mejores ligas del mundo. Por ende hoy, más que nunca, se vio un súper clásico del ascenso.
Por Iván Ferrato
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