Nicolás Giménez celebrando su gol |
El partido para ganar era el de esta tarde. Sin embargo, Chicago no demostró su mejor juego, las sociedades no aparecieron y algunos jugadores estuvieron en un bajo nivel. El combo fue letal para el dueño de casa que no pudo pasar del empate ante el único líder del torneo.
Con el correr de las fechas, la T mostró momentos en los que no era protagonista del cotejo y la cedía el dominio al rival. Por ende, en esos lapsos debía golpear el conjunto de Mataderos. Lo cierto es qué los locales dominaron y tuvieron casi todo el tiempo la posesión del balón.
Pero hubo un factor fundamental que hizo que el encuentro terminara en reparto de puntos: el mal manejo del esférico. Los dirigidos por Andrés Guglielminpietro fueron poco precisos durante todo el juego. A ello se le sumó que tampoco tenían ideas de juego clara.
Así, fue como el equipo de a poco se fue apagando. Con el bajón por no encontrar las vueltas, de a poco los ataques iban cediendo. A su vez, Talleres ejercía una presión muy efectiva. La visita casi no dejaba respirar al adversario, qué cuando pasaba mitad de cancha veía un camino lleno de remeras naranjas.
A los 20 minutos, Solís, quién tuvo una actuación destacada en la primera mitad pero un flojo nivel en la segunda, tiró un centro al área. Alejandro Sánchez despejó el balón, con tanta mala fortuna qué fue a parar a los pies de Luis Jerez Silva. Desde afuera del área, el 8 matador remató de derecha un nivel que venía volando. El disparo fue un verdadero misil para el oso, quién se logró acomodar en el centro del arco pero nada pudo hacer para evitar la caída de su arco.
Con el resultado en contra, el nerviosismo llegó a todos en el República de Mataderos. Seguía con la tenencia de la redonda pero ahora más impreciso que antes. El guly no le encontraba la fórmula para dañar a los de Barrio Jardín.
Talleres estaba tranquilo sabiendo que estaba arriba en el marcador y que la presión era del dueño de casa por estar perdiendo y ser local. Así, al equipo se lo veía cada vez más cómodo en el campo de juego.
A pesar de faltar más de media hora de juego para el final del partido, las esperanzas del torito se iban esfumando.
Sin embargo, un error de Mauricio Caranta permitió la igualdad. El arquero atajó un balón, y con la presencia de varios hombres verdinegros cerca, intentó sacar rápido para agarrar mal parado al rival. Pero el balón no encontró un compañero, sino que a Nicolás Giménez. El 10 se encontró con el regalo y no desaprovechó. Rápidamente remató desde ahí para poner en tablas el marcador.
Así, Chicago rescató una igualdad en un partido mal jugado. El torito deberá mejorar mucho sí quiere ser protagonista del torneo. El próximo fin de semana tendrá un lindo duelo para recuperarse. En la novena chocará ante All Boys, unos de los grandes clásicos del club.
Por Iván Ferrato
@FerratoIván
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.